Todo lo que necesitas saber sobre la tesina

¿Tienes que graduarte y todavía no conoces las características de una tesina? Entonces, te encuentras en el lugar correcto. En esta ocasión, vamos a contarte de qué se trata este tipo de trabajo universitario, qué características tiene y qué partes la constituyen. ¿Quieres saber cómo hacer un trabajo impecable? Entonces, ¡sigue leyendo!

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Tesina: ¿Qué es y cuál es su importancia? 

Una tesina es un trabajo propio y escrito que tienes que presentar al final de tu formación. En este sentido, deberás demostrar los saberes adquiridos durante tu carrera particular. 

La importancia de este documento es que será una de las puertas de entrada a tu futuro profesional. ¿Esto qué significa? Será el último paso que atravesarás para acceder a tu titulación. Podemos decir que una tesina es un antes y un después en tu vida: dejarás de ser un estudiante para convertirte en un investigador. 

Entonces, la tesina se refiere a una investigación escrita, en un registro determinado y formal. Aquí es donde argumentarás y propondrás abordar un tema actual y de interés para tu disciplina en cuestión. 

¿Cuáles son las características de una tesina?

Ahora que sabes de qué se trata, demos un paso adelante.

Las características de una tesina son múltiples. Estas pueden orientarse a un formato preestablecido o contar con cierto grado de libertad y especificidad según el tipo de trabajo. No obstante, a continuación, listamos aquellas que son comunes a todas:

• Es una investigación de carácter monográfico y de compilación: esta puede ser documental o bibliográfica, de campo o sobre el desarrollo de algún aspecto técnico-práctico. Puedes elegir según las opciones que brinda tu universidad y en función de la que consideres más conveniente.
• Debe elaborarse con el debido rigor teórico-metodológico: el punto de partida es que se trata de una investigación. Por lo tanto, deberás mostrar un manejo de las categorías de análisis seleccionadas, amplio conocimiento sobre el tema y la aplicación de una metodología adecuada.
• Se basa en la revisión de antecedentes: para proponer un trabajo original, tendrás que conocer qué se ha investigado al respecto. Entonces, trabaja y oriéntate a partir de otros trabajos previos. Para elaborarlo, puedes buscar y seleccionar material documental, hemerográfico y bibliográfico. También, se puede indagar en archivos institucionales, históricos, culturales, etc. Esto dependerá fundamentalmente del tipo de tesina que emprendas y los aportes que aspiras realizar.
• Evidencia el final de un trayecto formativo: como ya sabes, este tipo de trabajos suele presentarse para finalizar carreras de grado, incluso de posgrado. Así, una de sus principales características es que son breves y concisas, abocadas a profundizar un tema particular. En este sentido, no debe confundirse con la elaboración de una tesis, sobre todo en el caso de los doctorados. Estos se caracterizan por un mayor grado de complejidad, otros alcances para el área de investigación y un extenso desarrollo. 

¿Qué partes no pueden faltar?

Si bien cada casa de estudios o universidad establece cuáles son los apartados indispensables para tu trabajo, existe un conjunto de partes comunes a todos ellos. Esta es una de las características de una tesina, ya que se estructura en función de ciertos criterios.

A continuación, listamos las partes fundamentales:

• Portada: es la primera página de tu trabajo. Por lo tanto, debe ser atractiva e incluir toda la información que especifica tu casa de estudios. Algunos de los datos que debes incluir son el título, el nombre y apellido del autor/a, el nombre y apellido del director/a o tutor/a, la facultad donde la realizas, la fecha de presentación. A veces, suele incluir también el escudo de la universidad o institución que te otorgará el título.
• Agradecimientos: aunque se trata de un apartado opcional, puedes redactar unos pocos párrafos. En ellos le agradecerás a todas las personas que hicieron posible o te inspiraron en el proceso. Puedes dedicarle unas palabras a tu familia, tu director/a, tus amigos/as y compañeros/as, a tu pareja, etc. Si algún programa o institución lo financió, también deberías mencionarlo.
• Índice: se trata del mapa que organiza el contenido. Se estructura en función de las partes, con sus debidos títulos y/o subtítulos. Deben especificar el número de página en cada caso. Además, le permitirá al tribunal evaluador encontrar rápidamente la información y ubicarás a tus potenciales lectores. 
• Índice de figuras y tablas: en el caso de que incluyas imágenes o tablas en el contenido, deberás consignarlas una por una. Aquí colocarás el nombre de cada una, encabezada por el número al que corresponde y la página en la que se encuentra.

Cuerpo del proyecto

• Introducción: esta es una de las partes cruciales de tu tesina. Deberás pasar revista de tu recorrido de investigación de manera clara y breve. Menciona cuál es el tema elegido y por qué es relevante estudiarlo, cuál es el problema planteado, los objetivos de tu propuesta, la perspectiva y/o los conceptos sobre los que te has apoyado, etc. 
• Resumen: se refiere a una exposición de no más de 200-300 palabras sobre tu investigación. Así, incluirás los elementos que consideres más importantes y que expondrás luego. 
• Desarrollo y análisis: se refiere al cuerpo de tu investigación. Y, por supuesto, es también una de las partes fundamentales de tu trabajo. Por lo tanto, deberás desarrollar, explicitar y fundamentar los argumentos que presentarás. Todo esto con el debido rigor metodológico y crítico, que demostrará que estás preparado/a para efectuar una investigación.
• Conclusiones y recomendaciones: es el cierre de tu proceso. Por esto, expondrás los aportes y resultados obtenidos. También puedes proponer otras líneas de investigación y cuestiones a considerar para futuros trabajos.
• Anexos: son opcionales, pero puedes agregar toda la información que consideres pertinente para tu trabajo. En estos casos, puedes insertar gráficos, entrevistas, notas periodísticas, entre otras cosas.
• Bibliografía: esta es la lista de todas las fuentes consultadas para la elaboración de tu trabajo. Por consiguiente, no olvides citarlas correctamente y según las normas de estilo solicitadas.

¡Muy bien! Hemos llegado al final y esperamos que esta información te sea de utilidad para redactar tu tesina. Sin embargo, si consideras que necesitas un poco más de ayuda, puedes contar con nosotros para echarte una mano. Entérate qué podemos hacer por ti a continuación.

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